jueves, 11 de noviembre de 2010

En cualquier lugar del mundo,incluso a tres metros bajo tierra puedo estar en el mismo sitio,en el mismo exacto martilleante pensamiento indoloro,en el horizonte de tu espalda,en la mínima expresión en la que puedo convertirme acurrucada en tu sexta vértebra,columpiándome de tus nervios con mis dedos,tocando el violín en tu barbilla con mis dientes (lo haría chirriar como cuando abres el primer cajón del congelador.No tengo solfeo).Siempre puedo estar,si quiero,enganchada en pensamiento a tu cintura sin arneses,mi cabeza en tu pecho,tu brazo en mi cadera,mi pierna en tu pantorrilla y tu dedo meñique del pie entre mi dedo gordo.¿Lo ves?El mejor nivel de tetris al que he llegado,es la última pantalla,las líneas dejan de fundirse para fundirnos nosotros en la eterna sensación del bello de punta.Si te doy un beso te puede pasar lo mismo todo un día,o dos,o tres,o toda una vida pensando cada vez que el teléfono vibra que quizá pueda haber un "te quiero" al final de cada mensaje que sólo podemos entender yo y tú,la burra siempre delante para qué espantarnos a estas alturas.Agobiada,intoxicada y dolorida de tanto saludo de lata y tantos dos besos automáticos,me recojo (con el franco sentido de re-cogerme,volverme a coger una y otra vez...)Y (des)gracias a eso vuelvo a buscarte,para que me tires un beso,un beso y una bocanada del aire de tu ombligo,que me hace mucha falta para seguir creyendo que trabajo y que río,y que hago reir y reirte,y que me río y que te ries porque crees que reiré después para reirte,crearemos así un bucle y,sin darnos cuenta,una pulsera de eslabones de carcajadas de momentos tan sonoros como felices,como campanas,como relojes sin tiempo y sin agujas,como cerillas sin cabeza,como bastones,como pies de gato,como siete vidas,como siete vidas como ésta.

1 comentario:

Marta Simonet dijo...

http://www.elblogdemartasimonet.com/2009/11/19/960/
Creo que puedes ir quitando la entrada.