lunes, 12 de julio de 2010

Y el volvió a echar mano de su cintura dándose cuenta de que le pillaba mucho más lejos que la última vez. Las marionetas estaban perdiendo el equilibrio y él cada vez se sentía más inseguro. Parte de su sensatez se iba con ella, incluso en sueños se notaba más vacío. El típico silbido a ritmo de rock and roll sonaba cada vez más lejos (sino fuera porque lo tenía memorizado apenas reconocería de la canción que se trataba). Pero la culpa no era de nadie. Ella nunca había hecho nada para evitarlo, él... a él sólo le quedaba seguir esas pistas invisibles que escribió cuando aún todo iba bien. En sueños todavía podía olerla un poco, en su rutina.... ni siquiera podía imaginarla.


Quizás se le olvidó que no todo dura para siempre.

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